lunes, 9 de abril de 2018

El Calendario

Hoy se acaban las vacaciones de semana santa 2018 y se marchan en apenas unas horas. Hemos hecho muuuuuuuuuuchas cosas juntos; hemos tenido una celabración de 50 años, hemos hecho un scape room de zoombies súper divertido (en el que A ha perdido hasta un zapato), hemos repasado inglés y matemáticas, hemos ido de compras, hemos comido chuches, hemos visto series juntos (una actividad que nos encanta), hemos dado acceso online a la cuenta del banco a M (porque ya tiene 18 años) y se ha creado una cuenta de ahorro y le hemos de alta a A una cuenta bancaria para que tenga también su tarjeta joven con descuentos. 

Sólo el día 1 tuvieron pesadillas nocturnas (tan frecuentes antaño) y hoy notamos a A un poco "rebelde". Así que al decirle que si fuera pequeña tendría los síntomas de "volver a casa" y entonces nos cuenta que sí, que tenemos razón. Que sólo de pensarlo se pone de mal humor. Que no sabe por qué le pasa y que ha estado pasando todos los días del calendario hasta llegar al sábado pasado y que ya no ha querido poner el domingo y el lunes, jajajaj, ¡como si los días no pasaran  por no cambiar la fecha en el calendario!

Así que ahí está... pensando en sus cosas. ¿Cambiará esto algún día? Hace ya 9 años del divorcio.

sábado, 10 de marzo de 2018

¿Y qué ha pasado hasta ahora?

Hace mucho tiempo que no actualizo el blog pero ayer releyendo me di cuenta de que han cambiado muy pocas cosas con respecto la relación de la ex hacia nosotros a través de sus hijas. Sin embargo, M y A están a punto de cumplir 18 y 14 años respectivamente y son increíbles los avances que se han producido en ellas.

M es capaz de reconocer sus emociones. Sigue con la autoestima tocada. Nos cuenta que cuando visita a los abuelos y a la familia materna todavía se crean situationes en las que no pueden opinar porque dicen que ellas no tienen criterio. A se enfrenta a veces con ellos pero M dice que pasa de todo, que no tiene sentido. Me hace gracia porque utiliza mucho las herramientas que le enseñamos aquí y les dice: "prefiero ser feliz a tener razón". Quizás ni siquiera entiendan lo que significa. Para nosotros lo más importante es que ellas tengan todas las herramientas necesarias para sentirse cómodas y defenderse de cualquier situación. De momento... funciona.

Abrimos la primera cuenta bancaria de M para que tuviera su tarjeta joven que le permite descuentos en diferentes lugares. Me puso a mi de autorizada en su cuenta. Tenía mucho miedo decirle a su madre que tenía una cuenta corriente y que la había abierto con su padre. Yo sigo siendo "la sombra" en esa casa en la que se sabe que existo pero no se me puede nombrar y eso que ya han pasado 9 años desde el divorcio. Cuando a M le dan dinero los abuelos le dicen que no lo meta en la cuenta con su padre porque le va a robar el dinero. ¡Le va a robar! ¡Su padre! ¡Si supieran que soy yo quien está en la cuenta con ella! jajajaj. En breve tendrá el control de su propia cuenta con tarjetas y todo ya que va a ser mayor de edad.

M se marcha a realizar estudios superiores de moda el año que viene. Desde donde viven con la madre no puede llegar hasta la universidad pero la madre sigue insistiendo en que no pueden mudarse (a pesar de estar viviendo de alquiler). Imagino que por motivos de trabajo. Es raro que todos los padres se desplacen para trabajar haciendo la vida más sencilla a los hijos y que haya determinadas personas que decidan tener la vida más cómoda y que sus hijos se desplacen. Lo entiendo perfectamente si tienen casa en propiedad pero siendo un alquiler, es extraño. Las niñas tampoco lo entienden porque se levantan a las 6 cada día para entrar al instituto a las 8 cuando podrían levantarse a las 7:15 estando cerca. Ahora M se plantea venir a vivir con nosotros pero ha tenido mucho miedo de comunicárselo a su madre. Ella le ha ofrecido que se vaya a vivir a una casa cerca de la universidad que le presta una amiga. Su padre le ha dicho que él no va a pagar gastos extra puesto que viviendo con nosotros puede llegar perfectamente a la universidad y que si su madre prefiere que viva sola que acompañada, que le parece perfecto pero que ella asuma los costes. M tiene mucho miedo. Mucha inquietud. Estas semanas hablaremos con la abogada para saber cómo se resuelve esta situación ya que quizás hay que volver a iniciar procedimiento judicial por cambio de residencia de la hija. Mi marido dice que no nos preocupemos porque la madre hará lo impensable para que su hija no venga a vivir con nosotros. ¿Qué ocurrirá? A dice que si su hermana se va de casa la vida con su madre va a ser muy difícil pero que les está diciendo ya que no la pueden dejar sola. Me sorprende. ¿Es cierto esto de que los hijos primero?

Otro cambio es que M y A vienen a casa los viernes directamente en tren tras acabar las clases. Hemos comprado ropa para que tengan unas mudas y el domingo se marchan con la ropa limpia que trajeron el viernes. Ahora nos cuentan que su madre toda la vida se ha quejado porque tenían que hacerse la maleta y que ahora no entiende por qué tienen que tener ropa aquí. Ellas se ríen y dicen que nada le viene bien. Que cuando se hacían la maleta se quejaba de que iban cargadas, que bla bla bla pero que ella no les hacía la maleta así que no entendían el enfado y que ahora que ya no tienen que traerla también se queja. Dicen que ahora les dice que tienen que venir igualmente cargadas con las mochilas del instituto. Sea como fuere, todo le sigue sentando mal.

Hace unos años me comprometí a hacerlas llorar cada Navidad con los regalos. Llorar de emoción. Y así viene siendo hasta ahora. Es súper emocionante. Este año, ambas tenían problemas con sus móviles y decidí comprar uno nuevo para cada una. Es un regalo que jamás hubiera hecho si su madre no les hubiera entregado móviles a ambas pero una vez que los tenían ya durante varios años, los móviles daban problemas. Así que por eso fue la elección. Teníais que ver su llanto... el de ambas. Conseguimos que A no tuviera móvil hasta los 12 años,  bastante más tarde que M que tenía 8 si no recuerdo mal. Tenían miedo de volver a casa con móvil nuevo por su madre. Siempre ocurre, siempre tienen miedo, pero ahora lo verbalizan con tranquilidad. En Reyes su madre les regaló un pijama. A me dijo que estaba súper contenta con el regalo del pijama aunque ella quería un patinete. Imagino que tuvieron bronca con el móvil aunque no nos lo han contado.

A me dijo ayer mismo que estaba súper nerviosa porque su madre le ha dicho que si no aprueba no podrá ir a una excursión en la que tiene mucha ilusión. Le pregunté por qué estaba nerviosa si siempre me dice que su madre no cumple nunca con sus amenazas. Me dijo que ella también lo había pensado pero que parecía que esta vez iba en serio. Me dijo que estaba muy enganchada al móvil y le dije que no la creía porque en casa con nosotros ni lo coge, ni lo lleva encima, y lo ve 1 o 2 veces al día durante apenas unos minutos. Me dijo que no sabe por qué cuando está con nosotros no lo necesita pero que cuando está en su casa está enganchada. Me dijo que lo mismo me lo devolvía en semana santa y le dije que no hace falta, que ella es capaz de hacerlo sola porque aquí no lo utiliza así que se preguntara qué es lo que hace que allí lo necesite tanto. Me dijo que lo pensaría.

A y M hablan tranquilamente de su pasado. Dicen que su madre les hubiera hecho la vida infernal con una custodia compartida. Dicen que es como vivir en dos mundos paralelos que no tienen nada que ver uno con otro. Yo siempre intento que sientan admiración por su madre en algún punto y que piensen que su madre se comporta así porque no sabe comportarse de otra manera. Si lo supiera, si le contaran el daño que les hace, no quiero creer que ella actuara así. ¿Qué le contarán a ella?

La ex sigue sin darles dinero de forma habitual y quejándose cada vez que le piden dinero porque claro, su padre no les da. Nosotros siempre les recordamos que su padre les pasa 200 euros a cada una a final de cada mes. Hemos hecho los números de lo que cuesta una casa, el mantenimiento de la misma, la comida y la ropa para que sean conscientes de que con 400 euros cada una, tienen más que suficiente para vivir y que incluso podrían tener paga. Siempre nos toca recordar que su madre y ellas no deben vivir con los 400 euros que pasa su padre cada mes, sino que ellas deben tener los 400 de su padre + los 400 de su madre (que se olvidan de esto) y que eso sería para ellas. Su madre debe aportar la parte de vivir de ella, como nosotros aportamos la parte de vivir nuestra. Es que la ex sigue quejándose de que con 400 euros no llega a fin de mes, a pesar de que sigue trabajando parte en negro y parte declarada. Mi marido siempre le recuerda que los 400 son de las niñas y que ella debe poner otros 400 para ellas y que aparte lo que ella necesite para vivir. Esto es lo que ella no tiene muy claro. Me sorprende que las ex piensen que los hijos se deben mantener sólo de la aportación del padre.

Ahora dicen muchas palabrotas... No entendemos por qué las deja hablar mal en casa. Nadie las corrige cuando hablan incorrectamente. Estoy aplicando varias estrategias al respecto.

Emocionalmente son muy como nosotros... Ahora me dicen que nunca les importó que cuando íbamos por la calle y las personas me decían "tus hijas" o a ellas "tu madre" refiriéndose a mi. Yo siempre les preguntaba si les molestaba porque o no corregía a la persona que nos hablabla o la corregía, siempre dependiendo de la cara que ellas pusieran. Siempre les explicaba que no soy su madre, que ni quiero ni lo pretendo ni nada por el estilo. Que las quiero "como si fueran mis hijas" sólo "como si", nada más.


viernes, 19 de febrero de 2016

Suspensos adolescentes

Hace tres días M me contó que estaba mal, que iba a suspender todos los exámenes y que además iba a tener que repetir de curso. Estaba totalmente desmoralizada. Su padre y su madre no sabían  nada al respecto aunque su padre al escucharnos acudió para implicarse. Le dije que estamos a tiempo de hacer cosas, a sabiendas de que no pasa con nosotros más que un par de tardes a la semana y findes alternos. Le dije que si quería ayuda me comprometería a ayudarla pero que necesitaba también compromiso por su parte. Me dijo que si. Así que nos pusimos manos a la obra. Le puse una tarea; anotar cada vez que su vocecita le decía cosas malas y trabajaríamos las creencias  disfuncionales.
Leí un montón de documentación al respecto de los suspensos en adolescentes. Ella nos dice que estudia, que se lo sabe, pero que llega al examen lo confunde absolutamente todo. Me confirma que entiende las preguntas... Pero que se bloquea. 
Rebusqué y rebusqué para encontrar los principales motivos de suspensos a su edad para clasificarlos en dos áreas; educativos y emocionales-cognitivos. Con esta clasificación me era más sencillo ayudarla. 

Los educativos serían los siguientes;

- No estudia.
- No dedica suficiente tiempo a estudiar.
- Interrupciones (de agente externo) o distracciones (uno mismo)
- El espacio de estudio no es adecuado.
- Alimentación, descanso y deporte.

Todos los puntos anteriores son más o menos fáciles de trabajar ya que necesitan formación, técnicas de estudio y apoyo escolar y familiar. 

Sin embargo, la otra lista no iba a ser tan sencilla. Los motivos emocionales o cognitivos serían los siguientes;

- No entiende lo que estudia. 
- No entiende lo que lee. 
- Falta de motivación. 
- Diferentes motivos emocionales; baja autoestima, conflictos emocionales... Etc.

Dos días después me dice que ha anotado 16 veces al día en las que su vocecita le hace daño y estamos de acuerdo en que lo que le ocurre es emocional. M tiene un eneagrama 5 por lo que sabemos que es inteligente. Sabemos que es extremadamente creativa y cuando crea no tiene dudas de su capacidad. Tampoco en física y química que ha sacado un 10.

Empezamos a revisar su vocecita. Salían siempre las mismas frases: no puedo, no sé, soy tonta, no valgo y no tengo tiempo. Su cara se iluminó cuando le expliqué que ninguna de estas creencias era suya, sino que son creencias de su entorno que le han hecho creer todo eso. Los ojos se le llenaron de lágrimas. Todos los niños se creen capaz de hacer todo hasta que sus padres o abuelos o hermanos les dicen que no son capaces. Fue entonces cuando su hermana dijo que sabía una frase que le debía haber dolido de sus abuelos maternos y de su madre unos días antes. La frase era una perlita, como todas las que vinieron a continuación; "Sí, vas a sacar un 10 pero sin el 1 de delante", "eres tonta", "no vas a llegar a nada", "no vales para nada", "esperaba que al menos te quedaran dos asignaturas"... La verdad es que fue terrorífico. Dice que recuerda frases similares desde que es muy muy pequeña. Que tiene imágenes de la familia materna diciéndole estas cosas. Se emocionó. Recordé una tarde en casa de unos amigos (hace muchos años). Tenían que decir cada uno una frase debajo del agua. Mi amiga se sorprendió muchísimo cuando la frase elegida por M fue "soy tonta".

Pero como a nosotros no nos gusta más que mirar hacia delante... Empezamos a trabajar las creencias limitantes :) Os lo cuento en la siguiente entrada. Fue muy interesante. 


miércoles, 4 de noviembre de 2015

Tarde de confesiones

Ayer fue una tarde MUY MUY intensa. El padre de las criaturas se fue al fisio y M y A se quedaron conmigo en la oficina. 
A se sentó delante de mi y empezó a decirme que justo el día de antes su madre empezó otra vez a hablar muy mal de su padre y de mi con una amiga. A dice que le dijo a su madre que dejara de hablar mal de nosotros y su madre le dijo que nosotros también hablábamos mal de ella. A le dijo que al menos nosotros no lo hacíamos delante de ella y su madre le dijo, "no, ellos hablan mal de mi detrás de ti que es peor". A le dijo que al menos así a ella no le dolía. 
¿De verdad que esta señora no es capaz de ver el sufrimiento de sus hijas? Pero no fue esto lo único que me contaron... aprendimos muchas cosas: 
- Que su madre me odia porque según ella su padre la dejó por mi. Volvimos a repasar las fechas, les conté que su padre tuvo otras relaciones antes de estar conmigo y les dije que se lo pueden contar a su madre. Dicen que nooooooooo, que ella nunca les creerá que tiene una venda en los ojos. 
- Les conté que su madre no tiene más narices que cuidarlas porque es su madre y viven con ella pero que yo elijo voluntariamente quererlas, cuidarlas, formarlas, preocuparme por su futuro y asumir unos gastos que en absoluto me corresponden. Me sorprende que nadie del entorno de la madre sea capaz de ver esto. Ellas dicen que por supuesto ella eso ni lo piensa. 
- Me contaron que en casa de los abuelos todas las fotos de su padre y miembros de su familia separados tienen una X en la cara con boli
- Me contaron que los abuelos y su madre piensan como si fueran un único cerebro y que cada cual es más malo que el otro en pensamiento. 
- Me contaron que A tenía que hacer un trabajo en el cole y llevar una foto de su familia. Cogieron la caja de las fotos y todas las de su padre estaban al fondo de la caja. A eligió una foto de los 4 juntos (padre, madre, M y ella) y que la madre le dijo que no, que su padre ya no vivía con ellas. ¿Será que como no viven juntos deja de ser su padre? ¿Debería ser lo mismo con el pago de la pensión alimenticia? Si ya no vive con ellas debería dejar de pagarla, ¿no?
- M me contó que parte de la culpa de que su madre me odie la tiene ella porque durante 2 años estuvo hablando muy mal de mi. Dice que tenía que colocarse en un bando u otro, que no podía hacer como A que mentía a un bando y a otro y se llevaba bien con todos. M dice que no le gusta hablar de manipulación por parte de su madre pero que sí sabe que veía por los ojos de ella y que ahora se arrepiente porque mintió sobre nosotros diciendo que la tratábamos mal (siendo mentira) y que ahora ve todo lo que hizo mal. Me dijo que se arrepiente del tiempo que no pasó con nosotros y de todo lo que se ha perdido. Le comenté que lo hable con su madre y me dijo que no, que ella no lo entenderá. Y se le llenaron los ojos de lágrimas. M me dijo que si su madre nunca le hubiera hablado tan mal de nosotros todo lo que pasó no hubiera pasado pero que ella tenía que colocarse al lado de uno de sus padres. 
- M me contó que no tiene ni idea de los gustos de su madre. Que sólo sabe como viste porque la ve todos los días y su color favorito. Dice que nunca hablan sobre ellas y que nos conocen muchísimo más a su padre y a mi. 
- M dice que lo único que quiere es que su madre no se enfade. Que cuando ocurre algo se enfada mucho y se pasa días sin hablarles. Dice que por esto nunca se habla de nada.
- Me dijeron que en su casa soy ELLA. Que no tengo nombre. 
- Me dijeron que cuando A se enfada la madre la insulta diciendo "eres exactamente igual que tu padre" y que se lo repite una y otra vez. A M le sienta mal y le dice a su madre que deje de repetirle eso pero no le dice que siente que la insulta porque o quiere que se enfade. 
- M dijo que no acepta en absoluto las nuevas relaciones de su madre. Que NO QUIERE que su madre rehaga su vida (a pesar de que M ya tiene 15 años). Le dije que no le haga pasar a su madre lo que nos hizo pasar a nosotros y que si necesita ayuda aquí estamos para ayudarla. Y yo me pregunto... ¿no se merece esa madre que le hagan pasar lo que ella forzó que pasara con nosotros? ¿por qué además tengo que ayudar a sus hijas a que se lleven bien con las parejas que ella elija? Me dijeron además que tanto sus abuelos como su madre les preguntan continuamente qué va a pasar cuándo ella tenga un novio.
- Me contaron que su madre se ha peleado con su último novio, el que subió con su hija a hacer madalenas a casa y que a M le sentó fatal. Dicen que la ha dejado por otra y que su madre ahora lo pone verde. En realidad debe ser doloroso pensar que todos te dejan por otras. En mi caso, no es cierto pero si es lo que ella piensa... debe ser muy duro. 
- A contó que no entendía por qué tenía que salir con su madre y ese señor a solas (con la hija del mismo) y que no iban más amigos. 
- A me contó que como ella con 11 años no quiere tener móvil (a pesar de que su madre se lo va a regalar para Navidad porque no escucha que ella no lo quiere) pues que vio en un mensaje en el teléfono de su madre que un amigo le decía "cuchi cuchi" con corazones. 
- M me contó que su madre quiere que le firme el papel de la excursión del cole para que pague la mitad de la misma. En realidad... es una relación basada exclusivamente en el dinero, no en el bienestar de las niñas. 
- M y A dicen que no entienden por qué su madre se enfada cuando son felices con nosotros. 
- M dice que su madre siempre se enfada y dice que claro, que ella no sabe, o que ella es menos... 
- M me contó que le sentó mal que nos casáramos en las Vegas sin decírselo por anticipado. 
- M me contó que le dijo a su madre que lo mismo teníamos un hijo y ella respondió "¿es que tu padre no tiene bastante con vosotras dos?"
- A me contó que el día del bautizo de su primo por parte de padre que había estado tan mala la noche anterior (y su madre la medicó y le mandó la medicina para el día del bautizo que sin duda yo no le iba a dar) era por miedo a que apareciera su abuela materna por misa. Dice que estuvo una semana con pesadillas. Dice que no se fía nada de lo que su abuelo o abuela materna puedan hacer. 
- Me dijeron que a ella no le pueden contar nada... que se enfada. Que no entiende en absoluto nada de lo que pasa. Y que no quieren que se enfade. 
- M ha sacado un 2.95 en matemáticas. Le dice a A que ni se le ocurra decírselo a su madre. A su padre y a mi nos lo contó enseguida. 
- Este fin de año nos vamos de vacaciones a la Toscana. Están preparando el viaje con muuucha ilusión. Su única preocupación es que su madre no se entere
Cuando se iban decían que habían contado muchas cosas, que se sentían muy bien.
Una tarde muy pero que muy intensa... e interesante. Y yo me pregunto... ¿a dónde nos lleva todo esto?

jueves, 3 de septiembre de 2015

A y su madre

Ayer M me mandó un mensaje para decirme que A estaba muy nerviosa. Decía que no sabía cómo ayudarla o qué decirle porque al intentar saber qué le pasa, A se enfada y no quiere hablar. 
Le pregunté si A había hablado con su madre y le había contado todo lo que le hace sentir. M me dijo que no, que lleva 18 días intentando hablar con ella pero que en cuanto lo intenta, la madre se pone nerviosa y que no encuentra el momento. 
La verdad es que no entiendo cómo una madre se puede poner nerviosa cuando sus hijos le hablan de sentimientos. Evidentemente no es algo a lo que esté acostumbrada puesto que se pasan el día criticando a los demás o victimizando (es una forma de vivir) pero claro, cuando unas menores te reclaman atención emocional... ¿no se debería atender?
A empieza ponerse violenta. Mañana las recogeremos y nos volverá a tocar el estallido de la bomba a presión de vivir siendo alguien que no eres o ejerciendo contención emocional. No sé qué va a ocurrir cuando todo esto explote en casa de su madre. ¿O no explotará nunca? Porque en casa explota de forma de llanto y pena profunda, pero nunca agresiva. Pero M dice que la ve irreconocible... violenta. Es total y absolutamente normal; rabia, frustración, impotencia, no sentirse comprendido y esto unido a miedo provoca un gran dolor a A. 
La conversación con su madre debe tocar sencillos puntos pero totalmente complicados para A: 
- La ropa que le compra no le gusta. No quiere ver en su armario la ropa de otros que además no le sienta bien. 
- No quiere estudiar religión y el curso empieza en apenas unos días. La madre le dijo que esto era cosa del padre y que no es una decisión propia. A está harta de sentir que ella no puede tomar decisiones propias. Entiendo que su madre debe estar enfadada puesto que después de montarle la comunión.. pues que te diga que no quiere seguir estudiando religión... es duro de entender. Predecible totalmente. Uno debe educar y comportarse en el mismo modo. No se debe predicar con ir a misa y pasarse la vida haciendo daño a los demás en lugar de ayudando al prójimo. Triste entendimiento de la religión. 
- No quiere seguir estudiando música por decisión propia. Esto también le costó una bronca con su madre puesto que su padre ya le comentó hace años que la trompa no era el instrumento de su hija, sino la batería (tal y como ella quería). Curiosamente, nadie hizo nada para que ella tocara la batería y se tuvo que conformar con el instrumento que ningún niño quiso. Ella se pregunta por qué otros pudieron cambiar (según ella sus padres pelearon) y por ella  su madre no hizo nada por ella. 
- Las peques tampoco entienden por qué no pueden hablar nada con ella. Siempre se enfada y deja de hablarles... Terrible realidad.
- Quiere que vayamos a su festival de fin de curso del año que viene sin que su madre o la familia de su madre (sus abuelos) monten un espectáculo.
- Quiere que sus abuelos y su madre dejen de hablar de su padre y de mi. Dice que está harta... aunque creo que durante mucho tiempo ella ha participado en este tipo de debates o con silencio o apoyando. Esto es lo que hace realmente difícil que ahora mantenga esa conversación. 
Veremos qué nos encontramos mañana. A ha empezado a morderse los cuellos de las camisetas, a morderse hasta los dedos... y esto no ha hecho más que empezar. Durísima adolescencia le espera como no sea capaz de vivir conforme quiere vivir. 
¿Por qué algunas familias se niegan a hablar de sentimientos? ¿por qué es todo tan difícil para algunos peques?

domingo, 16 de agosto de 2015

M y su adolescencia

M está hecha toda una mujercita. Por fin, después de mucho tiempo, es capaz de pensar por sí misma y poner en tela de juicio las opiniones de los demás. Algo que me encanta. Por fin vemos como su autoestima crece. 

M nos cuenta que ante los ataques de su madre hacia nosotros tiene dos opciones; o callar o contestar. Parece que cuando calla, otorga (y no hay repercusión) pero que cuando contesta la madre pierde los nervios y empieza a decirle que está de nuestra parte. Parece que en esta vida tiene que haber dos bandos, el bando de la madre y el bando del padre. Veo que M empieza a estar un poco cansada de esto. 

M ya ha probado sus primeras bebidas, ha cogido su primera borrachera, se ha enrollado con un chico, ha fumado en cachimba y tabaco... y todo esto por supuestísimo sin conocimiento de su madre. Ahora se acercan las fiestas de Finestrat y a pesar de que no tienen barraca todavía (a apenas una semana de la fiesta) pues tiene miedo de que estando su madre cerca, pase más de una semana sin hablarle por enterarse de que ha bebido alcohol. 

Y yo me pregunto... ¿cómo puede estar una madre sin hablarle a sus hijas con las que vive una semana? ¡Por un enfado! Pero bueno... eso es algo que pienso yo y que no voy a compartir con las niñas. 

M y A siguen teniendo miedo de compartir cualquier sentimiento con su madre. No quieren que se enfade. No sé de dónde viene ese miedo atroz a que su madre se enfade. Imagino que viene de hace ya 6 años, cuando sus padres se separaron. Imagino que si se enfadaba con ellas cuando tenían 9 y 5 años, algo quedó grabado en sus cerebros. Ahora la palabra que más repiten es "mamá no te enfades". Yo no recuerdo ni una sola vez en la que pronunciara esa palabra. 

M es más extrovertida y nos cuenta miles de aventuras adolescentes. Me encanta. Ahora quiere hacerse un segundo piercing en la oreja. Ya lleva una rasta. Quiere tintarse el pelo de rojo. Sigue siendo muy miedosa a cualquier cosa nueva...  pero ahora, al menos lo intenta. 

M y A me dijeron el otro día que quieren hacer puenting... cualquier día les doy una sorpresa. Me gusta cuando vemos pasar los días y son más como nosotros; menos quejas, más risas, menos crítica, más hablar de emociones, menos victimismo, más alegría. ME GUSTA. 

viernes, 14 de agosto de 2015

El verano

Estamos pasando un verano fantástico. Algo ha cambiado. No sé muy bien qué pero algo ha cambiado. Llevamos 14 días sin quejas, sin críticas, sin culpar a nadie... Y se nota que el nivel de energía sube como la espuma. 

Estos días hemos pasado un tiempo con la familia, hemos hecho surf, hemos acudido a clases de arte y estamos terminando unas super camisetas. A y M han dado su primer biberón a los mellizos de mi amiga y están super felices. 

Estos días hemos hablado de miles de cosas, cada noche agradecemos las cosas buenas que nos han pasado ese día y además nos contamos las cosas por las que nos sentimos orgullosos. 

Este año A viene con la autoestima muy pero que muy tocada. Está costando bastante remontarla y tenemos un poco de miedo de saber cómo volverá el próximo día. Hace unos días se puso a llorar en la mesa porque dice que se siente fatal. Nos comenta que no hay nada en su armario de casa de su madre que sea suyo. Le explicamos que todo lo que hay en su armario es suyo pero que nos cuente cuál es el problema de verdad. Nos dice que es como si abriera el armario de su hermana de hace 4 años; ropa de la hermana, de la vecina... de bla bla bla. Dice que además de que la ropa no le gusta, no le sienta bien. Intentamos darle recursos; que se la pruebe, que lo que no le siente bien o no le guste lo saque del armario... y que  por supuesto se lo cuente a mamá. Ahí ya la cara les cambia a las dos y dicen... ¡si hombre! Estará una semana sin hablarnos. Nos quedamos mudos. Intentamos explicarles que es importante que se sientan bien y que si no le cuentan a su madre que no se sienten bien, pues que es difícil que las pueda ayudar. Nos dicen que se quieren ir de compras juntas porque su madre no tiene su estilo ni su gusto. Que no les gusta que les compre ropa y que quieren ir ellas solas. Así que decidimos irnos de compras. Encontramos muuuuchas cosas y A ni podía dormir esa noche de la emoción. Le brillaban los ojos... Feliz... aunque todavía ni la ha estrenado, jajaaj. 

Anoche A tuvo otro episodio. Llegaba yo bastante tarde del trabajo y por tercera o cuarta vez en el día se le había caído algo. Llegué y le vi los ojos húmedos, me abrazó y se puso a llorar. Le expliqué que no pasa nada porque se le caigan las cosas y me contó que quiere que vayamos al fin de curso del año que viene (para el que todavía falta un año) pero que sabe que su madre montará un espectáculo. Otra vez la misma historia. Le explicamos que nosotros podemos ir a donde ella quiera o necesite pero que quizás debería contarle a su madre cómo la hace sentir. Entonces empezó a decir que se pasa el día hablando mal de nosotros, que a ella le duele mucho pero que si no participa pues le dice que está de nuestra parte y que si calla le dice que claro, que ahora no le interesa hablar. Nos contó también que cuando decidió dejar la música (algo que nosotros veíamos claro desde hace mucho tiempo) su madre le dijo que le habíamos comido la cabeza y que ahora que quiere dejar la religión lo mismo. Parece que su madre no la ve capaz de tomar decisiones por si misma. Es curioso, aquí no le decimos nunca a nadie lo que debe o no debe hacer... pero sí se les deja tiempo para reflexionar sobre lo que ellas sí quieren o les gusta. 

Cuando vuelvan a casa dentro de 2 días, volverán a una casa diferente. Su madre se ha mudado. Intentó mudarse a una casa en la que tenían que compartir habitación pero ellas se negaron (¡con un sólo escritorio quería que compartiéramos y no cabíamos ni una! -nos decían). Nosotros no juzgamos, sencillamente les decimos las cosas buenas y no tan buenas de compartir. Nos gusta que ellas saquen sus propias conclusiones, no que vean el mundo a través de nuestros ojos. Ayer nos contaban que la mudanza está hecha pero que a M no le gusta su habitación y su madre no quiere cambiarla y que la habitación de A la han colocado al contrario de lo que ella quería, pero que luego si no le gusta que ella se lo cambie. A veces me pregunto si esta madre no se da cuenta de lo importantes que son algunas cosas para sus pequeñas. 

M y A han decidido hablar con su madre a la vuelta. Tienen miedo, mucho miedo de sus enfados y repercusión. Dicen que van a decirle que no quieren volver a escuchar hablar mal de nosotros y que les gustaría hacer valer su opinión sobre las cosas. 

Ya veremos qué ocurre... buena suerte, chicas.